Muchos de mis grandes aprendizajes se dieron cuando decidí vivir sola, hacerme cargo y llevar una casa, tarea nada fácil pero muy gratificante. Me cae que valoras un chorro de cosas, salir del área de confort donde mamá o papá se hacían cargo, enfrentarte a llegar a casa y abrir el refrigerador para no encontrar nada de comer porque no fuiste al súper, o que se te vuele un fusible y te quedes sin luz o se te descompongan las cosas y tengas que ser tú quién se encargue de ver que se solucionen.
En mi caso, entre mi naturaleza inquieta y un padre que afortunadamente sabe arreglar un poco de todo y una madre que también sabe arremangarse y meter mano para arreglar los desperfectos de la casa; aprendí a tratar de ver si yo misma podía arreglar las cosas, ya que crecí viéndolo. No saben como agradezco a mis padres este aprendizaje de enseñarme a meter las manos lo que me ha servido en muchos aspectos de mi vida y no esperar a que alguien me resuelva la vida, ¡claro!, esto último ahora lo he trasladado metafóricamente como una herramienta de vida.
Un día, una llave de la regadera goteaba, siempre me ha puesto muy mal desperdiciar agua así que me dispuse a arreglarla ,ya que solo era cuestión de cambiar el empaque, pero no podía sacar el tornillo. Después de muchos intentos, me acordé que existía un aceite que mi padre usa para aflojar las cosas, me dispuse a ir a la ferretería. Al llegar, no recordaba su nombre, por lo que, tal cual le describí al encargado lo que me pasaba y que necesitaba ese aceite, el me contestó muy amablemente -¡Ah!, lo que buscas es el Aflojatodo-. Ya una vez con mi Aflojatodo en mano me dispuse a lograr fuera como fuera sacar ese tornillo y arreglar mi llave. Afortunadamente el aceite hizo muy bien su trabajo y pude sacar ese tornillo. Dejé el aceite en la ventana del baño y durante varios días, cuando me metía a bañar lo veía, pero no le tomaba mucha atención más que para decir, que lo llevaría a guardar a su lugar, cosa que afortunadamente sucedió muchos días después.
Por esas fechas en Remedios Mágicos ya andábamos peloteando la idea de un producto lúdico para el amor y ya habíamos hecho varias lluvias de ideas pero no nos convencía nada.
Cómo escribí en el blog anterior, las ideas no surgen de la nada, ya traía en alguna parte de mi subconsciente implantado el concepto de un producto para el amor, así que la inspiración llegó mientras me bañaba y “sin querer queriendo” me puse a leer el empaque del Aflojatodo y mientras leía esa chispa repentina surgió, ¡Eureka!... las ideas empezaron a hilarse y caí en cuenta que la palabra aflojar se usa mucho en temas del amor y sexuales, así que con toda la emoción que brinda ese momento de inspiración y lucidez al sentir que tienes una buena idea fui corriendo con mi equipo para contárselas y validarla. Juntos llegamos a la conclusión de que si acompañábamos la palabra AFLOJATODO con una chica relajada, el cerebro humano, o más bien el ingenio de los mexicanos (principalmente) harían la asociación y ellos solitos a completarían el mensaje.
Lo primero que hicimos fue establecer el estilo gráfico que queríamos, el look que nos gustaría que ese Remedio Mágico tuviera para poder pasar a la búsqueda de tipografía que nos ayudará a lograr ese estilo, estudiando todas las características de la época que queríamos recrear y tener un look vintage para la ilustración, los colores ¡todo!. Nos tardamos mucho en definirlo, porqué somos muy clavados con nuestro trabajo.
Seleccioné este Remedio porque es el ejemplo perfecto de cómo nace un mensaje, un producto y de cómo la inspiración puede surgir de cualquier lado, de cualquier cosa y en cualquier momento, de cómo las ideas van tomando forma cuando estás en la búsqueda de algo y también para compartirles una de las misiones de Remedios Mágicos, la cual es celebrar cultura mexicana y una de las características de los mexicanos es la habilidad que tenemos de decir una cosa a través de otra, la agilidad mental, la riqueza del lenguaje y el doble sentido por el que a nivel mundial somos reconocidos y forma parte de la identidad única del mexicano.
La filosofía de Remedios Mágicos es Reír es magia y transmitir los mensajes a través de la risa, en ningún momento buscamos incentivar la violencia de género, ni el machismo. En los 12 años de vida que tiene Remedios Mágicos, el equipo que lo ha conformado ha sido en su mayoría mujeres, sin embargo, creemos en el potencial que ambos géneros aportan a la compañía y celebramos las competencias de cada individuo. Para mí, es importante decírtelo, porque justo el Aflojatodo ha generado controversias y créeme que atiendo tu sentir, si es el caso, y quiero reiterar que lo único que Remedios Mágicos busca es transmitir mensajes a través de la risa y no perder la espontaneidad y este gran sentido del humor mexicano.
Remedios Mágicos es una empresa incluyente y responsable, que desde su trinchera lucha para contribuir a un mundo mejor y un México orgulloso de su riqueza cultural y de su gente, porque somos más los mexicanos propositivos con valores bien chidos.