Hoy vuelvo a escribir, me puse el reto de publicar todos los jueves en este Blog. Este primer jueves que retomo la escritura es el cumpleaños número 6 de mis gemelos, Laia y Nicolás. Han sido tiempos difíciles, pasé a engrosar las filas de madres solteras y el último año ha sido como si viviera en estado de alerta todo el tiempo. He intentado hacer lo mejor que puedo con lo que tengo. Tuve que recurrir a todas las herramientas que con los años he acumulado, pero que muchas estaban guardadas en un cajón. He aprendido a pedir apoyo, he aprendido a conectar con mi vulnerabilidad y aceptar que no puedo hacer todo sola. Ser madre, maestra, cocinera, empleada doméstica, enfermera, emprendedora y luchar todos los días por mantener mi empresa y los empleos de mi gente, ha sido una labor titánica que me tiene agotada.
Como me habrán visto, que últimamente varias de mis amigas me han preguntado si realmente vale la pena ser mamá y les confieso, que ha habido días que yo misma me lo he preguntado: “¿En que momento se me ocurrió que ser mamá era buena idea? y más tardo en decirlo, que en lo que me llega un recuerdo de mis hijos para obtener automáticamente mi respuesta: mis hijos han sido parte fundamental de esa fuerza creadora que hoy me inspira. Ser madre es la labor más difícil, importante y trascendental que he tenido en mi vida y hoy me queda claro que debe ser una vocación y que respeto a todas las mujeres que decidieron serlo y también a las que han decidido no serlo, porque en México se requiere de mucho valor para tomar esta decisión y romper con las creencias de la razón de ser de una mujer.
Aquí entre nos después de tantos meses, por fin me empiezo a sentir yo, por fin empiezo a tener las ganas, la energía y la confianza para saber que si va a pasar, depende de mí.
Ha sido un proceso largo el que me ha tomado volverme a conectar conmigo misma, volver a creer en mí. Me doy cuenta que efectivamente había estado actuando dominada por mi cerebro reptiliano, en alerta, en modo supervivencia.
Esto no lo he logrado sola, es impresionante como cuando empiezas a conectar con la energía correcta atraes a personas que pueden contribuir mucho en tu vida y empiezas a deshacerte de aquellas que solo quitan, anclan. La frase de “dime con quién andas y te diré quien eres”, que escuché mucho de niña y aun más de adolescente hoy tiene una implicación mayor, ya que con la conciencia que he logrado adquirir con los años y la capacitación que he invertido en mí, me queda claro que la gente que nos rodea es el reflejo también de nuestros valores, gustos, intereses, de nuestra forma de aportar y contribuir a la sociedad.
Quiero compartirles mi camino que me ha inspirado para salir de ese aletargamiento en el que caí, que aunque sigo agotada (no te voy a mentir), estoy buscando los espacios para conectar con la energía correcta, con la gente correcta, como el haberme dado la oportunidad de estar presente en un reto que se pusieron 3 grandes mujeres que admiro y afortunadamente puedo llamar amigas. Nadaron en mar abierto casi 4 kilómetros en las azules aguas del mar caribe.
Me regalaron el poder compartir desde su entrenamiento, ver como se acompañaban a la distancia (porque son de diferentes ciudades) para darse los ánimos y fuerza de voluntad para entrenar y estar listas para el día del reto. Se prepararon durante meses.
Ver a esas tres mujeres chingonas, fuertes, echadas para adelante, imponentes, conectar son su vulnerabilidad, con sus miedos, con su ser y enfrentarse a estar ellas con ellas mismas en el mar durante 3 horas me inspiró y encendió mi alma para comenzar yo a hacer algo que tenía rato que quería hacer y es esto, pasar a la acción y escribir este blog. Gracias Saskia de Winter, Erica Salinas y Lupita Carreto. Mujeres que además hacen de la ayuda al prójimo un estilo de vida. Su trabajo es extraordinario, chéquenlo!
La inspiración se transmite, se contagia.
Hoy me siento muy agradecida con ellas, con el resto de amigas que fueron también a apoyar, a sus risas, su sabiduría que generosamente comparten.
Me siento agradecida de poder estar festejando a mis hijos, agradecida conmigo misma de dar el paso y volver a escribir, agradecida contigo que haces magia con nosotros y que cada vez que alguno de ustedes nos comparten sus historias y nos platican lo que genera Remedios Mágicos en sus vidas nos regalan esa inspiración para continuar transmitiendo toda la Buena Vibra Mexicana.
No cabe duda que la inspiración esta en todas partes, solo basta que queramos verla.